lunes, 13 de diciembre de 2010

Presentación de ALEGACIONES a la Ordenanza

Enlaces a prensa:





NOTA INFORMATIVA

La Plataforma “Cívicxs contra la Ordenanza” ALEGA con nombres y apellidos


La Plataforma “Cívicxs contra la Ordenanza” presentó en el Registro del Ayuntamiento 325 alegaciones individuales contra la “Ordenanza municipal de Fomento de la Convivencia” .

En su intervención en el Pleno Municipal del 4 de noviembre la Concejala Concha Arribas justificó la necesidad de esta norma mostrando poco más de 300 quejas ciudadanas de diverso índole. Desleído argumento, cuando la Plataforma “Cívicxs contra la Ordenanza” ha recabado en una decena de días 325 apoyos individuales a las alegaciones en contra de esta norma. Engañoso así mismo, vender esta ordenanza como singular y convencer de que su supuesta idiosincrasia emana de la demanda social de los logroñeses. La falacia se desvela al comprobar las semejanzas con las ordenanzas de Barcelona, Granada, Sevilla, Lugo, Oviedo, Pamplona… que parecen venir de serie.

La Plataforma “Cívicxs contra la Ordenanza” ha optado por la presentación individual de alegaciones, entre otras razones, para evidenciar el absurdo de la acusación de la Concejala contra sus miembros de esconderse tras Plataformas anónimas.

La recogida de apoyos se inició en un acto que se desarrolló el día 27 de noviembre en la Plaza del Mercado. Ese día hubo lugar para la denuncia de situaciones injustas, para exposiciones de carteles, teatro improvisado, taller de reparación de bicis, juegos, charlas en compañía de vino dulce… Porque precisamente esta plataforma considera que lo que pone en jaque esta ordenanza, a pesar de su paradójico e interesado apelativo, es la convivencia y la participación social en un espacio público.

En estos días en los que oficialmente los poderes públicos se presumen garantes de derechos fundamentales, en la práctica, engendran herramientas jurídicas con envoltura amable que de facto los vulneran seriamente.

Parecen pretender invisibilizar a las personas privadas de estos derechos, personas que se encuentran en la calle, sin trabajo, que sobreviven practicando la mendicidad o vendiendo pañuelos, actores involuntarios que escenifican las contradicciones del capitalismo. Frente a éstas, cada vez más obvias, la alternativa se convierte en la estigmatización y criminalización de estos colectivos. Y la cuadratura del círculo, censurar la capacidad crítica y de denuncia de colectivos sociales y políticos poniendo zancadillas y obstruyendo libertades fundamentales como la de expresión, reunión o manifestación.

El plazo para la presentación de alegaciones finalizó. Para la Plataforma “Cívicxs contra la Ordenanza” esta fase ha servido para contribuir a informar y generar debate entre las ciudadanas y ciudadanos. Se abre una nueva etapa con diversos frentes en la seguiremos caminando hacia un modelo de ciudadanía responsable, creativa, crítica y transformadora.

TEXTO DE ALEGACIONES

AL AYUNTAMIENTO DE LOGROÑO

D_______________________________ con D.N.I. nº _______________________________, y domicilio a efectos de notificación en LOGROÑO, calle ______________________________, ante ese Ayuntamiento comparece y como mejor proceda DICE:

Que dentro del plazo legal formula ALEGACIONES sobre la ordenanza municipal de fomento de la convivencia ciudadana, cuya aprobación inicial fue publicada en el Boletín oficial de La Rioja en fecha 4 de noviembre de 2010 en base a las siguientes:

ALEGACIONES

PRIMERA.- Entiende la compareciente que esta ordenanza, no contribuye a mejorar la convivencia sino que profundiza la falta de comunicación y la intolerancia entre los ciudadanos, que lejos de crear los espacios públicos de la ciudad como espacio de convivencia, intercambio e interculturalidad, supone limitación de derechos y restricciones a la convivencia entre los ciudadanos.

SEGUNDA.- Considera asimismo que la ordenanza de referencia limita gravemente derechos constitucionales, cuales es de libertad de expresión y el de reunión y manifestación, que conforme a lo establecido en nuestra Constitución son derechos solamente susceptibles de ser regulados por Ley Orgánica, que desde luego excede de la competencia del Ayuntamiento de Logroño. Entiende la compareciente que el hecho de exigir autorización previa para mesas informativas, colocación de carteles aún cuando sea en lugares habilitados al efecto limita claramente los derechos enunciados, supone una limitación grave de los derechos que comprendidos entre los artículos que son objeto de la mayor protección, garantía y cobertura.

TERCERA.- Que la ordenanza es discriminatoria en cuanto a la regulación del tráfico rodado, toda vez que si contempla las molestias que pueden ser ocasionadas por el uso indebido de bicicletas y no las mucho mayores que pueden resultar del uso indebido de vehículos motorizados.

CUARTA.- Además la ordenanza a la que se aleja es deficiente en cuanto a su técnica jurídica toda vez, que no sabe definir sin faltar al principio de seguridad jurídica cuales son las actividades relacionadas con la mendicidad que puedan resultar alteradoras de la convivencia, la mera referencia a la insistencia es un concepto jurídico indeterminado inadmisible en el ámbito del derecho sancionatorio. Cebándose además en esta situación de emergencia social con los más desfavorecidos y mas perjudicados por la crisis bancaria y financiera.

Y por lo expuesto

SOLICITA, que sean atendidas y se proceda a modificar la ordenanza en el sentido indicado.

Logroño a 23 de noviembre de 2010.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Ordenanza cívica: ¿Igual para todos?

Paseando por las calles de Logroño es imposible no preguntarse si, como prevé el artículo 12.2 de la 'Ordenanza municipal de fomento de la convivencia ciudadana, de las conductas cívicas y de la protección de espacios públicos', cuentan con autorización expresa para colocar carteles en marquesinas de autobuses, cuadros del alumbrado y semáforos, fachadas de edificios públicos y privados... eventos organizados para estos días en nuestra ciudad, y que cuentan con la colaboración expresa (así viene recogido en los propios carteles) de instituciones locales, regionales o estatales. Carteles sobre el XII Congreso Estatal del Voluntariado, actos relacionados con el Día Internacional contra la Violencia de Género...
Y resulta imposible no inquietarse con la más que predecible hipótesis de que, a partir de ahora, se pueda establecer un doble rasero a la hora de permitir o no informar acerca de determinados eventos en función de quién los convoque o apoye.
¿O es que se va a sancionar con multas de hasta 750 euros a quien ose colocar un cartel firmado por algún ministerio, consejería o concejalía en una marquesina? ¿O es que la autoridad municipal competente va a demostrar la misma diligencia a la hora de permitir o comunicar el visto bueno sobre la publicidad de un acto que cuenta con el expreso respaldo de esa misma autoridad, que con otro que no lo cuenta? ¿Serán capaces de prohibirse con la mano derecha lo que aprueban con la izquierda? ¿Se automultarán ellos mismos, o harán penitencia y se autoconvocarán a realizar «tareas o labores para la comunidad» (Art.34.1)? Esto no habrá que perdérselo.
Puede ser interesante el salir con una cámara digital y tomar constancia de la vulneración de esta Ordenanza por instituciones en manos de los mismos partidos políticos que la han aprobado; introducirse en las procesales aguas del contencioso-administrativo para denunciar a aquellos que, con tanto celo, pretenden erradicar actividades supuestamente incívicas, pero que poco predican con el ejemplo, quizá porque cuentan con la impunidad que les da el monopolio de decidir y sancionar quién es «incívico» y quién no.
En definitiva, puede ser revelador cumplir con exquisita rigurosidad lo que marca el artículo 6.7 de la Ordenanza y «colaborar... en las conductas que alteren, perturben o lesionen la convivencia ciudadana», como sin duda es la «incívica» actividad de colocar un cartel en una farola cuando aparezca la firma o colaboración, por ejemplo, del Ayuntamiento de Logroño.
Por último, sugerir a la concejala Arribas y al experto equipo que elaboró la Ordenanza que corrijan al menos la ortografía, pues «prohíbe» lleva tilde en la «i». Que no les ciegue su afán por prohibir (Arts. 8.2, 8.4, 10.3...) lo que debiera ser la obligada necesidad de mantener una cívica conducta con nuestra ortografía.

http://www.larioja.com/v/20101207/opinion/ordenanza-civica-igual-para-20101207.html

viernes, 3 de diciembre de 2010

Ordenanza (In)Cívica

Ordenanza (In)Cívica
Jueves, 02/12/2010 - 18:24 -
JULIO ROMERO MARTíNEZ biokaiku@yahoo.es | LOGROñO


Acorde con el signo de los tiempos de fijación por el orden y la seguridad el controvertido artefacto jurídico de moda desembarca en Logroño: la Ordenanza "Cívica".
Resulta cuando menos curioso que una normativa prácticamente calcada a aquellas originadas al calor de grandes eventos especulativos (Barcelona, Forum de las Culturas 2004), promulgada en Logroño y otras ciudades a partir de un patrón de la FEMP, y aprobada con gran contestación social por algunos de los ayuntamientos más conservadores de España llegue a nuestra ciudad de la mano del equipo municipal socialista, en concreto de la titular de la Concejalía de Medio Ambiente e Igualdad, Concha Arribas, y sea celebrada por las dos otras fuerzas políticas con representacion en el consistorio, Partido Riojano y Partido Popular.

Inmersa en el clima global de recortes de derechos y libertades, bajo el pretexto del orden y la seguridad, amparada en una supuesta demanda ciudadana, la autodenominada "ordenanza de fomento de la convivencia" equipara peligrosamente el castigo de comportamientos vandálicos con restricciones a la intervención en el espacio público de colectivos y movimientos sociales diversos, minoritarios, incómodos para el poder o disconformes con la moral oficial.

Más allá de una declaración de intenciones, lo que ordenanzas de este tipo provocan es el sometimiento de la responsabilidad social individual y su delegación en un Gran Hermano policial en cuyo arbitrio nos vemos obligados a confiar. Más que generar convivencia, imponiéndola a golpe de sanción, lo que consiguen es cargársela. ¿Cómo?
Abriendo puerta a la criminalización de colectivos díscolos para con el pensamiento único oficial, a la restricción de usos novedosos o creativos (ciclistas urbanos, patinadores, arte callejero, juegos en la calle, libre expresión), criminalizando la pobreza y la marginalidad, cada vez más presentes e incómodas a la vista de la sociedad biempensante que las provoca (mendicidad, trabajos de calle...) y poniendo en peligro la espontaneidad y la comunicación con la sociedad de los propios movimientos sociales, especialmente de aquellos menos dóciles con el poder, pues todo dependerá de la preceptiva autorización (o en su defecto, sanción) municipal de su presencia en la calle.

Al equiparar educación con amenaza sancionadora, rehabilitación con trabajos en beneficio de no se sabe bién qué instancias privadas o públicas que a buen seguro sustituirán empleos, la inseguridad jurídica y arbitrariedad policial en su aplicación a las que aboca esta ordenanza generan más problemas de los que declara querer solventar.

Más allá de lo estrictamente jurídico, lo que sería objeto de otro debate (no exento de polémica, como se está demostrando desde la propia Universidad de la Rioja) la presente ordenanza prueba al sobrenormativizar regulaciones ya existentes su orientación populista, cabe pensar que a la búsqueda del voto del miedo en unas próximas elecciones de incierto resultado. Como queda bien explicitado en el mismo texto de la ordenanza:
"Esta ordenanza (...) no pretende ser la solución a dichos comportamientos sino respuesta a la preocupación ciudadana ante este fenómeno."

Alegando la protección de los bienes públicos, se da sin embargo vía libre a la degradación del espacio público a través de los auténticamente incívicos mecanismos de privatización y especulación neoliberal, mientras que por el contrario se dificulta cada vez más la apropiación de un verdadero espacio público (de todos, para todos) por parte de la ciudadanía.

Un espacio público valioso que va mucho más allá del ornato del mobiliario urbano, el recato, el decoro, la normalidad, el sentido común o las buenas costumbres, tal y como aparecen monopolizados, sobreentendidos e indefinidos en esta Ordenanza securitaria que no busca sino imponer la moral conservadora del poder oficial, con una clara vocación de control social.

Crear, viviéndolo, buen espacio público genera seguridad. Por el contrario, la seguridad impuesta no genera necesariamente buen espacio público. Se trata de la conocida imagen de mano dura para contentar el miedo en épocas de crisis. Azote de "vagos y maleantes", al que esta ordenanza recuerda sospechosamente, retrotrayéndonos a épocas que creíamos superadas tiempo atrás. La historia se repite y nos muestra una y otra vez cómo en momentos de crisis sistémica aparecen prácticas populistas autoritarias de las que esta Ordenanza no es sino una muestra más.

http://servicios.larioja.com/tu-noticia/tu_noticia_ver/Ordenanza-%28In%29Civica/41364/1.htm

viernes, 26 de noviembre de 2010

Malos tiempos para el rigor jurídico

Malos tiempos para el rigor jurídico

«Ahora será un policía municipal quien, mediante su acta o atestado, constate si un comportamiento ha alterado la convivencia ciudadana»

Sabíamos que en los últimos tiempos el derecho sufría ciertos desórdenes de comportamiento, que sus tentáculos se extendían cautelosos pero implacables, tímidos a veces, despechados y tendenciosos otras tantas. Sabíamos que el derecho se propagaba bajo criterios un tanto inciertos, rozando e incluso invadiendo ámbitos ajenos. Sabíamos que el derecho no podía mantenerse en su quicio ideal por mucho tiempo y sabíamos que el derecho debía reinventarse en un mundo hipercomplejo en el que cada vez resulta más laberíntico aplicar aquellos principios liberales clásicos (libertad, igualdad y etcétera), zarandeados en medio de realidades confusas y enmarañadas: genética, informática, innovación, comunicaciones, tecnologías, migraciones, economías globales... El mundo es cada vez más complejo, más inabarcable, más difícil de ser narrado. Ya lo sabíamos. También sabíamos que, en esta dinámica, aunque a menudo guiado por sombríos intereses, el derecho tendría que reproducirse exponencialmente para dar respuesta a tantas nuevas situaciones. o tal vez no.
Tal vez no porque el nuevo artefacto jurídico de moda ya está en la ciudad. La ordenanza de civismo que, como presentada en un anuncio de madrugada televisiva, atajará de una vez por todas esos problemillas especulativos del Estado de Derecho que tanto molestaban.
Porque la ingenua proyección jurídica liberal se pensó originalmente como uno de esos metarrelatos modernos capaces de contenerlo todo a partir de ciertas «verdades evidentes». Evidente resultó que no pudo ser así, de modo que el derecho debió extenderse hasta ámbitos y situaciones insospechadas, ajustándose a cada momento a las exigencias de una realidad cambiante. Hasta ahora.
Las ordenanzas cívicas invierten esta tendencia y se proponen como una nueva tipología de relato jurídico que no desfallece -porque ni siquiera lo intenta- al tratar de representar la realidad con puntillismo y parsimonia; Y es que las ordenanzas cívicas no se informan desde la realidad, sino que, sobre todo, la preforman, reduciendo la complejidad de «la convivencia ciudadana» a una tragicomedia coral berlanguiana de mendigos, ciclistas, propietarios de animales, pega-carteles, vendedores ambulantes y otras figuraciones arbitrarias del infractor potencial. ¡Todos a la cárcel!.
Porque mientras el derecho se ha desarrollado a partir de una norma constituyente originaria, conforme a sesudas exigencias jurisprudenciales y doctrinales que precisaban su ajuste con lo social -y con no pocas opacidades-, irrumpe ahora la ordenanza cívica como método inverso, como modo de reducción de la complejidad desplegada en el derecho anterior, como vía para retornar a enunciados performativos, constituyentes, que, despegándose de concepciones anteriores, relatan la inenarrable realidad metropolitana en apenas unas decenas de artículos. Nada menos. Tecnología jurídica novedosa que, mediante habilitaciones competenciales funambulescas (habrá que estar atentos a los recursos y descréditos que le sobrevengan a este artefacto jurídico), implica incertidumbres de más calado que esas otras populistas que pretende resolver:
Y es que ahora será un policía municipal quien, mediante su acta o atestado, constate si un comportamiento ha alterado la convivencia ciudadana, ha ocasionado molestias o ha faltado al respeto debido a las personas (lo cual, dicho sea de paso, será un problema también para el policía). ¡Cuántos debates parlamentarios, leyes, desarrollos normativos y controversias jurídicas se habría ahorrado el mundo si las ordenanzas cívicas se hubiesen inventado hace doscientos años! Porque el derecho moderno liberal ha consistido, básicamente, en escudriñar qué comportamientos deben ser censurados en un marco general de libertades. Y en ello se empeñaron las diatribas de legisladores, jueces, abogados, fiscales o académicos. Se trataba de precisar contextos que dieran sentido a los supuestos de hecho, de restaurar alcances e intereses, de hilar fino para evitar trazos gruesos. Se trataba, en definitiva, de evitar arbitrios y aristocracias.
Pero parece que al viejo derecho le ha llegado su hora. Básicamente porque este tipo de técnica jurídica reenvía toda la complejidad de la convivencia -de esa condena a ser sociales que pesa sobre los humanos- a la constatación burocrática inmediata de las «molestias» o de lo «incívico» (del mismo modo que se constata una infracción de tráfico), además de recopilar cierta literatura jurídica ya presente en otras ordenanzas, leyes y códigos, como dando empaque al reglamento. Y en un mundo de apariencias, el empaque manda. Y si se promete una ciudad más limpia, tranquila e idílica -como en un anuncio- se hipoteca el derecho y lo que haga falta.
Malos tiempos para el rigor jurídico. Buenos para quienes ya no lo necesitan.

http://www.larioja.com/v/20101126/opinion/malos-tiempos-para-rigor-20101126.html

El Supremo avala la ordenanza de Sevilla que permite a las bicis usar zonas peatonales

El Supremo avala la ordenanza de Sevilla que permite a las bicis usar zonas peatonales

http://www.elpais.com/articulo/espana/Supremo/avala/ordenanza/Sevilla/permite/bicis/usar/zonas/peatonales/elpepuespand/20101122elpepunac_23/Tes

El Tribunal Supremo ha declarado conforme a derecho la Ordenanza de Circulación de Peatones y Ciclistas de Sevilla que permite a las bicicletas circular por zonas peatonales y acercas, al estimar el recurso de casación del Consistorio contra la sentencia del TSJA que anuló varios artículos relacionados con ello.

La Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TS ha anulado la sentencia de final de 2008 de esa Sala del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que estimó parcialmente el recurso de una empresa y declaró nulos cuatro artículos íntegros de la ordenanza, parte de otros dos y el apartado del anexo que define los "itinerarios ciclistas señalizados en zonas peatonales".

En su fallo, al que ha tenido acceso Efe, el Supremo indica que "procede casar la sentencia impugnada y declarar ajustado a derecho" el acuerdo del Pleno municipal de Sevilla que el 21 de septiembre de 2007 aprobó esa ordenanza.

Para ello, entiende que los preceptos anulados por el TSJA no infringen la Ley de Tráfico ni el Reglamento General de Circulación.

El TSJA había anulado los artículos y la parte del anexo sobre "itinerarios ciclistas señalizados en zonas peatonales" que permiten a los ciclistas, "respetando en todo caso la prioridad" del peatón, circular por zonas peatonales y "zonas de tránsito compartido" entre éstos y las bicis; circular excepcionalmente en sentido contrario; y que puedan amarrarlas a árboles o elementos del mobiliario urbano.

En este último caso, la ordenanza municipal de Sevilla lo permite cuando no haya aparcamientos específicos para bicicletas en un radio de 50 metros o estén todas las plazas ocupadas, y "siempre que con ello no se perjudique la salud del árbol, no se impida su perfecta visibilidad" ni se "entorpezca el tránsito de vehículos o peatones".

Ante los motivos de casación que adujo el Ayuntamiento, relativos a las características propias de las Ordenanzas locales respecto del resto de normas de rango reglamentario, y sus competencias y la autonomía local reconocida en materia de ordenación del tráfico, el TS comparte el criterio expresado en el fallo del TSJA de que la competencia municipal depende de la Ley de Tráfico y su reglamento.

Sin embargo, al anular varios artículos de la ordenanza y la parte de su anexo sobre "itinerarios ciclistas señalizados en zonas peatonales" por considerar que éstos "contradicen" la definición de zona peatonal que recoge dicha ley, el Supremo argumenta que la sentencia del TSJA parte de una premisa "errónea".

Así, el TS sostiene que "esta disposición" se adopta "en atención a los cambios que se han producido en la ciudad en materia de movilidad con la ejecución de las vías ciclistas" y "tuvo por finalidad evitar las posibles fricciones que pudieran producirse entre usuarios de los carriles bici y peatones, delimitando así los derechos y obligaciones de ambos".

Considera que, de esta forma, "al acotar un espacio lateral o parte de las aceras que antes eran del exclusivo uso de los peatones, para que puedan circular por un nuevo pasillo las bicicletas, no se conculcó con esta delimitación la zona peatonal".

El Supremo añade que "aunque (la zona peatonal) pueda quedar un poco reducida, en modo alguno significa que se deba compartir el paso de los peatones y el de los ciclistas, ya que para ello se establece en los artículos anulados una zona específica para el carril-bici, que, por ello, necesariamente deja de ser peatonal".

Teatrillo sobre ordenanzas cívicas en carne cruda (Rne3):

Pinchar para en el enlace para escuchar el audio:

http://www.goear.com/listen/9527332/ordenanza-civica-carne-cruda

lunes, 22 de noviembre de 2010

Acto público









Acto para la promoción y reivindicación del espacio público como lugar para la convivencia y participación ciudadana. Sábado 27 de 17h a 22h en la Pza. del Mercado.


El hilo conductor entre María Teresa Hernández y Concepción Arribas sin pasar por Pilar Salarrullana.

La recién aprobada Ordenanza de fomento de la convivencia ciudadana tenía en su redacción original un nombre más largo: Ordenanza municipal de fomento de la convivencia ciudadana, de las conductas cívicas y de la protección de los espacios públicos. Es curioso, pero han dejado lo único que no responde a su contenido. Por ello los primeros adjetivos con los que cuadra calificarla son los de:

Mentirosa, hipócrita y falsa.

Cuando tienes ante ti una ordenanza titulada así piensas que va a ahondar en ese concepto tan noble y republicano de ciudadanía, de la formación y consolidación del mismo, de los mecanismos de participación ciudadana e implicación en la cosa pública, de corresponsabilidad y cogestión de servicios, de fomento del asociacionismo…, crees que te vas a encontrar con una norma en positivo e ilusionante. Pero pasas la primera página y te desengañas rápido, desde la exposición de motivos te dejan claro que: “El objeto de esta ordenanza es el de preservar el espacio público como lugar de convivencia y civismo […] Es decisión de este Ayuntamiento minorar y eliminar los actos incívicos de nuestra ciudad y a tal fin es necesario disponer de un texto normativo”.

A quien molesta hay que apercibirle y, si ha lugar, sancionarle. Nadie lo discute (luego volveremos sobre ello), pero el caso es que no es eso lo que dice el título que es esta ordenanza. Reducir la convivencia ciudadana a un catálogo pormenorizado y detallista de actuaciones prohibidas es un desprecio demasiado expreso al propio concepto de convivencia.

Franquista, paternalista y zafia.

Si, renunciando ya a cualquier atisbo de medida de “fomento”, tenemos claro que lo que hay que ver es qué cosas prohibimos y cuál es la cantidad de la multa que ponemos para “preservar el espacio público”, habrá que regular aquellas actividades que más erosionan la condición de ámbito de convivencia que queremos dar al espacio público. Y ahí hay pocas dudas. Dos son los fenómenos más agresivos en ese sentido: la publicidad comercial y el tráfico.

Marquesinas de autobuses, los propios autobuses, los quioscos de prensa, las cabinas telefónicas, las vallas comerciales, los báculos de hora y temperatura, los báculos de pilas y los nuevos báculos de por que sí, grandes y feos como ellos solos. El ágora, el foro, el espacio de la ciudad donde lo privado deja lugar a lo público, donde radica el alma de la propia ciudad, lo hemos trasladado directamente al hipermercado, y nos hemos traído a éste hasta el zaguán de nuestro propio portal. La calle ya no parece ser un espacio de fomento de la convivencia sino de fomento del consumismo, es como una revista del Media Mark pero a lo grande.

Y qué decir del tráfico. Ruido, peligro, humos, estrés… La única referencia al mismo que hace la ordenanza es el art.13.5: “Los ciclistas deberán adoptar un comportamiento cívico al circular por el término municipal…” ¡Ya es recochineo!, como si las bicis fueran los vehículos que más perturban la convivencia, como si a los ciclistas fuera a los únicos que hay que presuponerles comportamientos incívicos.

La verdad es que la ordenanza tiene auténticas perlas que sería prolijo detallar. Me permito sólo alguna, repertorio años 50: Art. 6.c) “Toda persona se abstendrá particularmente de realizar prácticas abusivas, arbitrarias o discriminatorias o que conlleven violencia física o coacción moral, psicológica o de otro tipo” (sic). Art. 6.d) “Es un deber básico de convivencia ciudadana tratar con respeto, atención y consideración especiales a aquellas personas que, por sus circunstancias personales, sociales o de cualquier otra índole, más lo necesiten” (sic). ¿De verdad hace falta que nos digan desde una ordenanza municipal que no hay que pegar a la gente por la calle y que hay que tratar a los ancianos con consideración? Porque si estamos, estamos. Y entonces se tendrá que especificar también desde la ordenanza cuál es la debida consideración y en qué circunstancias concretas, de otro modo abrimos un mundo de arbitrariedad para la actuación de los agentes de la autoridad.

Por no hablar de la exigencia de autorización expresa para que cualquier asociación ponga una mesa informativa en la calle, que huele demasiado a la censura previa expresamente proscrita en el artículo 20 de nuestra Carta Magna.

Aunque la que más me gusta es ésta: Art. 13.2: “Se prohíbe la práctica en la vía pública […] de actividades (que) pongan en peligro la seguridad de las personas […]. No será aplicable esta prohibición en los casos en que se hubiera obtenido autorización previa”. (Lo juro, léanla).

Innecesaria, estúpida y torticera.

Decíamos antes que sí, que hay que evitar que el que molesta moleste y, si ha lugar, castigarle. Pues claro. En el Pleno de aprobación la concejal hizo hincapié en que, en lo que va de año, tanto los educadores medioambientales como la policía local habían abierto 583 expedientes por conductas inapropiadas de ciudadanos. Creo que es importante que nos quedemos con este dato. Resulta obvio explicar que en un estado de derecho no se puede sancionar algo que no esté tipificado. Es decir, que si se han abierto esos expedientes es, precisamente e ineludiblemente, por que la normativa que permite que sean abiertos ya existe.

Ahí tenemos las ordenanzas de Limpieza (año 2001: 107 artículos), Animales (2002: 25 artículos y 3 disposiciones), Zonas Verdes (2003: 13 artículos, 1 disposición y 3 anexos), Publicidad (2006: 23 artículos y 5 disposiciones), Ruidos (año 2009: 52 artículos, 8 disposiciones y 2 anexos) o el propio Plan General, en proceso de revisión. No parece que el comportamiento ciudadano esté falto de regulación, ¿alguien podía pensar que mear en la calle, romper farolas o molestar con ruidos no estaba ya prohibido? Esta nueva ordenanza entra en conflicto absolutamente con todas las anteriores, tipificando de formas muy diversa los mismos comportamientos y sancionándolos con multas muy dispares.

Menos mal que el Partido Popular se dio cuenta y ha introducido un poco de sentido en todo esto añadiendo una disposición transitoria que dice así: “Se entenderán derogadas cuantas determinaciones se establezcan en otras Ordenanzas Municipales, que resulten disconformes con la presente Ordenanza. En lo que no resulte contradictorio, el resto de las Ordenanzas Municipales se aplicarán con carácter supletorio”. Muy bien, perfecto, tendría todo el sentido del mundo si no fuera porque, en el mismo texto, dos líneas antes, la disposición adicional dice así: “La presente Ordenanza tendrá carácter supletorio de aquellas otras Ordenanzas Municipales que regulen la materia de manera más específica”. De modo que la misma ordenanza dice que ellas es supletoria de las demás y que también las demás lo son de ella. La “supletoriedad” de lo “supletorizado”, es algo en lo que ni el propio Groucho había reparado. Por no leerse bien la ordenanza el PP la ha liado parda.

Terminando ya, no podemos dejar de decir que este texto con pretensiones de “ordenanza cívica” no es ni siquiera una de esas ordenanzas decimonónicas de “policía y buen gobierno”. Su etimología es la misma: de la civitas, ciudad, ciudadanía, civilización… de los romanos, o de la polis, política, policía de los griegos (entendido el término policía en su acepción más amable de encontrarse en estado de policía, de revista, de aseo, presentable…). Las de Logroño de 1876 y 1900 son dos textos de un tremendo valor para bucear en la historia de esta ciudad y en la forma de vida de sus habitantes. Regulan desde las horas del baño de varones y mujeres en el Ebro hasta la prohibición de que los agentes de la autoridad quiten la careta a una persona en Carnavales.

Decía, repito, la concejal en el Pleno, que se habían abierto 583 expedientes por conductas incívicas. Teniendo en cuenta la enorme diversidad de actuaciones punibles: arrancar una flor, no recoger la caca del perro, poner alto el volumen de la radio, tirar papeles... en realidad 583 expedientes abiertos este año en una ciudad de 153.000 habitantes es una auténtica nadería, una nimiedad, algo que habla mucho y bien del sentido ciudadano en general, y, sobre todo, de lo innecesaria que es esta nueva ordenanza (compárese, por ejemplo, con las decenas de miles de sanciones de tráfico y los más de dos mil accidentes).

Estos días hemos asistido a las interesantísimas charlas sobre la Inquisición y el proceso de las brujas de Zugarramurdi realizado en Logroño hace cuatrocientos años. Los miembros de aquel tribunal estarían encantados de comprobar que el espíritu inquisitorial permanece aún vivo en esta tierra y que no reside únicamente en Vara de Rey, 3. Los ponentes de estas jornadas han destacado la obligación moral de investigar aquellos acontecimientos y han hecho un especial hincapié en la conclusión aplastante, demoledora, intemporal a la que llegó Alonso de Salazar (el “abogado de las brujas”) tras realizar, finalizado el proceso, dos mil entrevistas por el norte de Navarra: “no hubo brujos ni embrujados hasta que se empezó a hablar de ellos”.


Carlos Álvarez González


martes, 16 de noviembre de 2010

Cartas al director publicadas en el diario La Rioja

Del Pleno y la Ordenanza Cívica

http://www.larioja.com/v/20101109/opinion/pleno-ordenanza-civica-20101109.html

Sr. Director: Sobre la ordenanza cívica que unánimemente aprobó el Pleno del Ayuntamiento, quisiera reclamar a Concha Arribas:
Querida Concha, nadie se esconde detrás de 'organizaciones'. Simplemente, nos organizamos. No obstante, me presento: Soy Isabel Cano y, como tú, soy docente. Pero, precisamente como docente, me parece indefendible decir, como te escuché, que la ordenanza, basada en prohibiciones y sanciones, es una medida educativa y en pro de la libertad.
Expongo en concreto el caso que más me preocupa como parte de esa sociedad que, sin estar en ningún partido político, hace política social.
Me preocupa que a partir de ahora se nos exija pasar otro trámite, y nada menos que por funcionarios policiales, para pegar carteles a favor, por ejemplo, de la enseñanza pública, o sobre una charla. Y además, ¿dónde los vamos a pegar si la ordenanza 'protege' los bienes públicos y privados visibles desde la vía pública? ¿Quién protege mi libertad para poner una bandera de 'No a la guerra' o la banderita del mundial? ¿Tiene un policía que aprobarme el mensaje?
También tendré que pedir permiso para recoger firmas a favor del trabajador muerto que quisieron hacer pasar por ladrón y, cómo se juzga si estoy entorpeciendo o no la vía pública.
Somos organizaciones humildes, muy humildes. Bien lo sabéis. ¿Nuestra pretensión? Crear espíritu crítico sobre temas importantes. También de eso tenéis conocimiento, aunque con mis 44 años tenga que oír que somos unos cuantos «jóvenes pintorescos». No querida Concha, somos personas cívicas que buscamos una sociedad más participativa y justa, sin necesidad de que se nos controle porque no hacemos nada malo. Al contrario.
¿Nuestro pecado? Únicamente pueden ser la independencia y pegar 50 DIN-A3 en blanco y negro de vez en cuando por la ciudad para intentar llegar a la gente, o recoger firmas.
Y tú dirás: Hay otros medios de comunicarse con el público y reivindicar cosas. Pero pregunto: ¿Cuáles? Los bolos desaparecieron y los medios rara vez nos dan voz. Entonces. ¿Qué pretende la ordenanza? ¿Acallarnos? ¿No?. Controlarnos al menos.
Por eso, donde tú ves civismo, yo no puedo evitar ver falta de libertad.
Sinceramente, si no sois capaces de cambiar contundentemente esa ordenanza en los temas de libertad de expresión y también en la criminalización de la mendicidad sin más, para mí será la prueba de que seguís la máxima politiquera de que «en el país de los lelos, el recorte de libertades da votos». Si esa es vuestra apuesta, os propongo un paso más allá: ¿qué tal aplicar la ley antiterrorista a quien atente contra la civilidad con un «Se dan clases particulares» en las farolas?
Con esperanza y preocupación:


Ordenanza de convivencia ciudadana: las sombras

http://www.larioja.com/v/20101114/opinion/ordenanza-convivencia-ciudadana-sombras-20101114.html

La llamada Ordenanza de Fomento de la Convivencia Ciudadana, aprobada por el Ayuntamiento de Logroño, recoge una serie de cuestiones, cuando menos, inquietantes:
En primer lugar esta normativa intenta liquidar, forzando su invisibilidad, a aquellas organizaciones cuyas iniciativas no suelen tener espacio en los medios de comunicación oficiales y que a partir de ahora pasarán a depender de la «buena voluntad» del funcionario de turno, que tenga a bien «conceder el derecho» a poder pegar carteles, repartir folletos, o instalar mesas informativas en las calles. Quienes tengan la osadía de realizar alguna de estas actividades sin el preceptivo permiso, bien porque el acontecimiento sobre el cual quieren informar requiere cierta rapidez que impide la solicitud correspondiente, bien porque el Ayuntamiento deniega o, simplemente, no quiere contestar sobre dicha solicitud, se arriesga a abultadas multas.
La pregunta es: ¿será esta normativa de obligado cumplimiento para todos y todas, incluyendo teatros, comercios, sociedades deportivas, o los propios partidos políticos que la han aprobado o, por el contrario, las consecuencias del incumplimiento recaerán, cómo decirlo, a determinadas organizaciones, de una manera más «selectiva»?
Por otro lado, bien harían las Asociaciones de Vecinos que ahora aplauden esta ordenanza en reflexionar lo que puede pudiera pasarles cuando alguna de sus legítimas reivindicaciones no encuentren eco en las autoridades municipales y pretendan movilizar al vecindario con materiales informativos.
En segundo lugar, resulta lamentable el tratamiento de la mendicidad. Resulta curioso comprobar cómo aquellos que implementan medidas económicas que traen consigo el paro, los desahucios, la miseria o directamente el hambre a capas sociales cada vez más amplias de nuestra sociedad, ahora castigan precisamente a esos mismos «daños colaterales» de sus políticas. En definitiva, sus medidas económicas golpean, sus programas sociales demuestran su inutilidad, pero se aplica mano dura para sus víctimas en forma de mendigos o personas que tratan de ganarse la vida con máxima precariedad. ¿Qué opina la supuesta «voz humanitaria» del Ayuntamiento y concejala de Derechos Sociales, Pilar Criado, de que se trate en una misma ordenanza a quien destroza una farola o un árbol, y a quien se ve obligado a dormir en la calle? Pregunta retórica, pues también la señora Criado votó a favor de la ordenanza.
Por último, la ordenanza establece la posibilidad de sustituir las multas por «trabajos en favor de la comunidad». Esto ya es intolerable. Se sustituyen puestos de trabajo por mano de obra gratis, y de ello se lucran empresas privadas subcontratadas por el Ayuntamiento de Logroño, alguna de las cuales tiene, por cierto, sentencias condenatorias por violar derechos de los trabajadores.
Ojalá se pueda imponer algo de cordura y retirar semejantes aberraciones. Tiempo hay.

jueves, 4 de noviembre de 2010

NOTA DE PRENSA. Participación en el Pleno

http://www.larioja.com/v/20101105/rioja-logrono/haya-orden-ciudad-20101105.html
http://www.rioja2.com/n-71733-3-verde_ordenanza_civica_subida_impuestos_tasas_Logrono
http://integracion-rediseno.elcorreodigital.com/alava/v/20101105/rioja/ordenanza-convivencia-marcha-20101109.html

Cívicos sí, pero en contra de la Ordenanza


La Plataforma ‘Cívicxs contra la Ordenanza’ quiere llamar la atención de
los grupos políticos municipales de cara al próximo pleno municipal del
día 4, en el que se planteará la aprobación de la Ordenanza Cívica.

Este jueves, se someterá a la aprobación del Pleno municipal la denominada ‘Ordenanza
Cívica’. Con este motivo, la Plataforma ‘Cívicxs contra la Ordenanza’, constituida a raíz de
que se hiciera público el primer borrador, quiere dejar constancia de su disconformidad ante
un texto innecesario e inadecuado, que se plantea mejorar la convivencia a golpe de
normativa, y apela a la responsabilidad de los representantes políticos para que no permitan
su aprobación.
La treintena de organizaciones sociales, sindicales y políticas logroñesas que conforman esta
Plataforma desconfían del actual culto a la ordenanza cívica que, con más pena que gloria,
(http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Prohibido/gritar/hora/siesta/elpepisoc/20101026elpepisoc_1/Tes ) recorre
nuestro estado (Barcelona, Granada, Sevilla, Lugo, Oviedo, Pamplona, Bilbao...).
Para la Plataforma, esta ordenanza entorpece innecesariamente derechos fundamentales
como la libertad de expresión o el derecho de manifestación y consolida los problemas de
comunicación y de convivencia al trasladar a la policía responsabilidades propias de cada
persona. Es la policía quien decidirá el carácter ´cívico’ o ‘incívico’ de muchas situaciones
cotidianas, de acuerdo a un marco legal que genera una gran inseguridad jurídica.
Con este exceso normativo, el espacio y las vías públicas dejan de ser lugares para la
convivencia, el intercambio, la interculturalidad y la creatividad. Ciudadanas y ciudadanos
quedan así reducidos a simples autómatas, desprovistos de capacidad crítica y creadora, de
compromiso con su entorno o de aptitud para resolver sus conflictos o comunicarse de un
modo más satisfactorio y creativo.
Así, cuando más lo necesita, la ciudad pierde potencialidad para reinventarse a sí misma.





jueves, 24 de junio de 2010

Rueda de prensa en la Plaza del Ayto.


http://www.rioja2.com/n-65830-3-treinta_colectivos_sociales_disconformes_Ordenanza__Civica_Logrono


http://www.larioja.com/v/20100629/rioja-region/asociaciones-colectivos-forman-plataforma-20100629.html











Falla de la ordenanza civica

Desde "Cívicos contra la ordenanza" realizamos una pequeña falla con la intención de quemarla junto a la falla central realizada por los vecinos de Madre de Dios y San José. Como veis en la foto le dimos un aire medieval ya que dicha ordenanza parece sacada de esos tiempos...


Conclusiones de las jornadas: Civismo y gobierno en la ciudad

La Sala de Máquinas ha elaborado un documento recogiendo algunas de las conclusiones que se desprendieron de la jornada "Civismo y gobierno en la ciudad" desarrollada en la Universidad de La Rioja. Aquí os dejamos el enlace a dicho documento.

Documento:
http://www.gigasize.com/get.php?d=wtnfgmppf3f

sábado, 22 de mayo de 2010

Jornadas: CIVISMO Y GOBIERNO EN LA CIUDAD


Audio de la conferencia de Daniel Malet:

Parte 1:
http://www.goear.com/listen/d891471/daniel-malet-la-ordenanza-de-civismo-en-barcelona-%28parte-1%29
Parte 2:
http://www.goear.com/listen/2dab218/la-ordenanza-del-civismo-en-barcelona-daniel-malet

Documento redactado por "Cívicos contra la ordenanza":

Titulo: Propuestas y consideraciones a propósito del borrador de ordenanza cívica.

Descargar aquí:
http://www.gigasize.com/get.php?d=zss50hhll9b

jueves, 18 de febrero de 2010

Manifiesto



POR OTRO CONCEPTO DE CONVIVENCIA Y ESPACIO PÚBLICO


Ante la previsible aprobación de una Ordenanza Cívica para Logroño, que aspira a
normativizar la convivencia de ciudadanos y ciudadanas en los espacios públicos, los
colectivos abajo firmantes declaran su disconformidad…:


- Con un documento que penaliza la conexión directa de asociaciones y
colectivos informales con la Sociedad mediante sus mecanismos habituales
(pegadas de carteles, mesas de firmas en la calle, ‘performances’ espontáneas…).
La petición de permisos administrativos para cada una de estas acciones resta
eficacia y legitimidad a los colectivos, y atenta contra los más elementales
conceptos de participación y autonomía ciudadana. Hecho tanto más grave cuanto
que se produce en plena ‘Capital de las Personas’.

- Ante un proyecto que basa su razón de ser en la supuesta salvaguarda de
valores o conceptos tan arbitrarios como ‘civismo’, ‘convivencia’ o
‘normalidad’, que en ningún momento son definidos y que cuyo respeto o
desviación habrán de ser interpretados por funcionarios de policía. Por tanto
generan inseguridad jurídica.

- Frente a un referente legal que entiende el ‘civismo’ como la protección de
las infraestructuras, el mobiliario urbano y los bienes tangibles, soslayando el
valor de lo intangible y coartando el dinamismo, la espontaneidad, la iniciativa, la
diferencia y la diversidad cultural, propios de las ‘civis’ modernas.

- Con una ordenanza represiva que reduce la necesaria convivencia ciudadana
a un catálogo de prohibiciones, multas y sanciones.

- Con esta excesiva regulación de los comportamientos públicos que, a nuestro
juicio, contribuirá a delegar aún más la responsabilidad con que la
ciudadanía debe ejercer su uso del espacio público (dejándola en manos del cuerpo
policial) y a eliminar la necesaria capacidad crítica, expresiva y comunicativa
de cada persona tanto frente a sus iguales como a sus instituciones.

Por ello animamos al Ayuntamiento a:

- Paralizar el proceso de desarrollo de la citada Ordenanza Cívica en los actuales
términos en que se está desarrollando

- Reflexionar con calma sobre el efecto que puede ejercer tal ordenanza en
colectivos minoritarios, marginados o diferentes, de ser llevada a cabo en los
actuales términos.

- Promover un debate público amplio y profundo, que aborde la construcción
participativa e inclusiva de un modelo de ‘convivencia’ propio del Logroño de
2010 (‘Capital de las Personas’). De modo que refleje la actual diversidad y riqueza
cultural existente y no genere más exclusión social.

- Poner en marcha medidas más imaginativas, modernas e inclusivas, que
faciliten a la ciudadanía asumir el reto que supone una ciudad moderna, viva,
compleja, creativa y con personalidad, ante la primera crisis del siglo XXI que
acaba de comenzar.

- Superar una visión trasnochada del ‘espacio público’ que consagra su injusta
distribución, entendida como una colección de bienes físicos que deben protegerse
y usarse de un modo “normal”. Por ello proponemos un espacio abierto al uso y
creatividad de una ciudadanía diversa, un espacio en el que la reflexión, el diálogo
y el respeto mutuo de los ciudadanos sean la garantía de que éstos lo entiendan,
lo quieran, lo protejan y lo hagan evolucionar.