viernes, 10 de diciembre de 2010

Ordenanza cívica: ¿Igual para todos?

Paseando por las calles de Logroño es imposible no preguntarse si, como prevé el artículo 12.2 de la 'Ordenanza municipal de fomento de la convivencia ciudadana, de las conductas cívicas y de la protección de espacios públicos', cuentan con autorización expresa para colocar carteles en marquesinas de autobuses, cuadros del alumbrado y semáforos, fachadas de edificios públicos y privados... eventos organizados para estos días en nuestra ciudad, y que cuentan con la colaboración expresa (así viene recogido en los propios carteles) de instituciones locales, regionales o estatales. Carteles sobre el XII Congreso Estatal del Voluntariado, actos relacionados con el Día Internacional contra la Violencia de Género...
Y resulta imposible no inquietarse con la más que predecible hipótesis de que, a partir de ahora, se pueda establecer un doble rasero a la hora de permitir o no informar acerca de determinados eventos en función de quién los convoque o apoye.
¿O es que se va a sancionar con multas de hasta 750 euros a quien ose colocar un cartel firmado por algún ministerio, consejería o concejalía en una marquesina? ¿O es que la autoridad municipal competente va a demostrar la misma diligencia a la hora de permitir o comunicar el visto bueno sobre la publicidad de un acto que cuenta con el expreso respaldo de esa misma autoridad, que con otro que no lo cuenta? ¿Serán capaces de prohibirse con la mano derecha lo que aprueban con la izquierda? ¿Se automultarán ellos mismos, o harán penitencia y se autoconvocarán a realizar «tareas o labores para la comunidad» (Art.34.1)? Esto no habrá que perdérselo.
Puede ser interesante el salir con una cámara digital y tomar constancia de la vulneración de esta Ordenanza por instituciones en manos de los mismos partidos políticos que la han aprobado; introducirse en las procesales aguas del contencioso-administrativo para denunciar a aquellos que, con tanto celo, pretenden erradicar actividades supuestamente incívicas, pero que poco predican con el ejemplo, quizá porque cuentan con la impunidad que les da el monopolio de decidir y sancionar quién es «incívico» y quién no.
En definitiva, puede ser revelador cumplir con exquisita rigurosidad lo que marca el artículo 6.7 de la Ordenanza y «colaborar... en las conductas que alteren, perturben o lesionen la convivencia ciudadana», como sin duda es la «incívica» actividad de colocar un cartel en una farola cuando aparezca la firma o colaboración, por ejemplo, del Ayuntamiento de Logroño.
Por último, sugerir a la concejala Arribas y al experto equipo que elaboró la Ordenanza que corrijan al menos la ortografía, pues «prohíbe» lleva tilde en la «i». Que no les ciegue su afán por prohibir (Arts. 8.2, 8.4, 10.3...) lo que debiera ser la obligada necesidad de mantener una cívica conducta con nuestra ortografía.

http://www.larioja.com/v/20101207/opinion/ordenanza-civica-igual-para-20101207.html